lunes, 11 de mayo de 2020

Fanfic ┃ ¿Crees en el amor a primera vista?

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Parejas: Sho x OC
Personajes: Sakurai Sho, Matsumot Jun, Aiba Masaki, Ohno Satoshi, Ninomiya Kazunari, Victoria (OC)
Género: Romance,  Escolar
Categoría: PG13
Extensión: One Shot
Resumen: Victoria, una estudiante de secundaria, conoce a Sakurai Sho, otro alumno de su clase; y siente que todo su mundo ha cambiado desde su llegada, con ayuda de sus amigos intenta hablarle y acercarse más a él.

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Yo no creía en el amor a primera vista, hasta que entré a la universidad y te vi por primera vez.


Estaba muy nerviosa por entrar a la escuela, todo era nuevo para mí, no tenía ganas de ir; pero algo me hizo cambiar de opinión, recordé que Jun y Aiba estarían conmigo en la misma escuela así que termine de arreglarme y cuando salí de casa ahí estaba Aiba esperándome para irnos. En lo que llegábamos a la escuela íbamos recordando los buenos momentos que pasamos en la preparatoria y mientras platicábamos nos encontramos a Jun en el camino.

Cuando por fin llegamos a la escuela estaba muy nerviosa por entrar al salón de clases, pero me decidí a entrar, me senté en el lugar que me correspondía; lo bueno fue que estaba cerca de la ventana y lo único que hice fue ver hacia afuera. Cuando volteé a ver hacia la puerta te vi entrar, yo creía que estaba soñando, ya que nunca en mi vida había visto a alguien tan perfecto como tú, te sentaste junto a mí y me saludaste con una sonrisa a lo cual respondí del mismo modo.
Las clases comenzaron y me estaba costando un poco de trabajo concentrarme, no podía dejar de verte, el tiempo se me estaba haciendo eterno. Cuando por fin llegó la hora del almuerzo me encontré con Jun y Aiba, les conté sobre lo que había pasado, yo no sabía si era o no amor a primera vista, pero cada que te veo siento mariposas en el estómago; Jun siempre intentaba convencerme de que te hablara para conocerte mejor, pero siempre que lo intentaba me ponía muy nerviosa o en ocasiones platicabas con Nino y Ohno tus compañeros y amigos tuyos de la preparatoria.

Ya han pasado 2 meses desde que entramos a la universidad, y yo sigo sin saber muy bien quién eres, voy caminando por el pasillo de la escuela y como estoy bien entrada en mis pensamientos no me doy cuenta por donde voy y sin querer choco contigo.

- ¡Gomenasai! - Te pido una disculpa, casi salgo corriendo pero tú me sostuviste del brazo.
- ¡Chotto! - Me dices y al darte cuenta sueltas mi brazo - ¿daijoubu?
- Hai - Respondo y me sonrojo
- Tú… vas en el mismo salón que yo, verdad? - Me dices reconociéndome un poco.
- Hai, de hecho me siento junto a ti - no podía creerlo, sentía que el corazón se me saldría del pecho, tenerte así de cerca hacia que mi corazón latiera al mil por hora.
- Cuál es tu nombre? - dijimos al mismo tiempo, lo cual hizo que los dos riéramos un poco.
- Yo soy Victoria - Respondí - y tú?
- Sakurai Sho - dijiste y me regalaste una sonrisa, esa sonrisa que me encantó desde la primera vez que te vi y me sonreíste, esa sonrisa que hace que el tiempo se detenga.


El tiempo iba pasando, cada vez nos llevábamos mejor, se podría decir que ya éramos “buenos amigos”, incluso me ayudabas con algunas tareas cuando no entendía nada, a la hora del almuerzo casi siempre estábamos juntos, cada vez me convencía más de que lo que sentí por ti desde el inicio de clases si era amor a primera vista.
Llego el fin de semana y ese día no tenía nada que hacer, quería ir a casa de Masaki, y cuando estaba a punto de salir de casa sonó mi celular, cuando lo revise vi que era un mensaje tuyo:

      Te espero en el Air Yakiniku
  en media hora.



Al terminar de leer el mensaje, no lo pensé dos veces y corrí a ver que tenía en mi armario, quería verme bien para la “cita” con la que tantas veces soñé tener algún día. Finalmente terminé de arreglarme y salí de casa lo más rápido que pude, encontrándome con Jun y Masaki en el camino.

- Konnichiwa Vicky - me saludó Masaki con una amplia sonrisa.
- Konnichiwa - me saludó Jun también sonriendo pero sospechando o mejor dicho, sabiendo porqué iba tan bien arreglada, cosa que era rara en mí.
- Konnichiwa - respondí con una gran sonrisa.
- Justo íbamos a buscarte, vamos a ir a un parque de diversiones y queríamos saber si quieres ir con nosotros - me decía Masaki muy emocionado - o tenias otros planes en mente? - me decía ahora un poco más calmado y dándose cuenta también en mi forma de arreglarme ya que ese día había decidido ponerme un poco de maquillaje algo discreto.
- Bueno… pues… - me sonroje un poco y no supe cómo responder, estaba muy nerviosa.
- Vas a salir con él, cierto? - me preguntó Jun riendo por mi reacción de hace rato.
- ¿¿¿¡¡¡eeeehhhh!!!??? Cómo lo supiste? - me sonrojé más al verme “descubierta”.
- Porque por más que te la pases arreglándote, nunca te ha gustado usar maquillaje, por más discreto que sea - señalo Jun ese pequeño detalle.
- Es cierto, nunca te ha gustado - repitió Masaki - entonces tendrás una cita con Sho? - me preguntó demasiado emocionado por que finalmente saldría con alguien, aunque desde la preparatoria me la he pasado bien con Jun y Masaki solamente los he visto como si fueran mis hermanos mayores, nunca me había interesado salir con alguien hasta que conocí a Sakurai Sho.

Del otro lado de la calle vi que Nino y Ohno cruzaban hacia donde estábamos nosotros.

-Konnichiwa- saludó Ohno.
- Quien es esa chica? - pregunto Nino un poco extrañado.
- Ella es nuestra amiga de la preparatoria de quien les platicamos - contesto Jun.
- Ellos son Ninomiya Kazunari y Ohno Satoshi - nos presentó Aiba.
- Yoroshiku - dije haciendo una leve reverencia.
- Kochirakoso yoroshiku - respondieron Nino y Ohno.
- Que no eres la “novia” de Sho? - preguntó Ohno con algo de curiosidad.
- Eeehhh!?... bueno… yo… solamente somos amigos. - me sonrojé completamente al haberme llamado “su novia”, enserio parecíamos novios? - ustedes son los amigos de Sho, verdad? - pregunté recordando que antes de hablarle a Sho lo llegaba a ver con ellos.
- Hai - respondió Nino
- Como es que se conocen? - pregunté algo extrañada porque nunca había visto a Jun y Aiba con Nino y Ohno.
- Somos compañeros de clase - contestaron los cuato al unísono.
- Sou ka - respondí, hasta que recordé porque estaba afuera, vi el reloj y ya se me había hecho tarde para mi “cita”; ya casi salía corriendo hasta que Jun se ofreció a llevarme para que llegara más rápido a lo cual dije que si, llegando más rápido de lo que pensé.

Cuando bajé del auto volteé a ver a los demás antes de entrar al local.

- ¡¡Gambatte!! - me dijeron Masaki y Jun.

Cuando entré no te veía por ningún lado, pensé que te habías cansado de esperarme y te fuiste, cuando iba a salir de ahí sentí que alguien me jaló del brazo.

- No te habrás arrepentido de venir, cierto? -
- No, claro que no… es que pensé que tú… bueno… - no sabia ni que decir, era la primera vez que estábamos los dos juntos en un lugar que no fuera la escuela, sentía muchas mariposas en el estómago.
- Si quieres podemos ir a otro lugar, no hay problema -
- No, está bien este lugar - Intenté controlar mis nervios, no sabía cómo reaccionar, sentía que en cualquier momento me desmayaría.
El rato pasó en un silencio algo incómodo, no sabía de qué platicar hasta que me hiciste una pregunta.

- Quienes eran los chicos que te acompañaron hace rato? - preguntaste, algo curioso.
- Son mis amigos de la preparatoria, siempre han estado conmigo y me han apoyado en todo, son como mis hermanos mayores
- Sou ka, pensé que salías con alguno de ellos, como siempre te veía todo el tiempo con ellos… - dijiste empezando a sonrojarte un poco - era por eso que no me atrevía a hablarte
- Era por eso? - Dije un poco sorprendida - yo creí que era porque no te agradaba.
-No, claro me agradas, desde que te vi al inicio de clases sentí alguna “atracción” hacia ti, pero nunca pude hablarte por que siempre estabas con esos chicos, Nino y Ohno siempre me decían que intentara hablarte, pero siempre que lo intentaba estabas con ellos.
- Fue casi igual a como me pasó a mí, Jun me decía todo el tiempo que intentara hablarte, pero cuando lo intentaba estabas con Nino y Ohno o a veces me ponía algo nerviosa de hablarte - dije sonrojándome - hasta ese día que iba por el pasillo de la escuela y chocamos.
- Es verdad, ese día fue cuando por fin pudimos hablarnos - dijiste sonriendo, recordando aquel día.
- Ese día creí que estaba soñando, al principio me sentí nerviosa pero poco a poco fuimos agarrando más confianza y ya no éramos solamente compañeros de clase, sino que ahora somos muy buenos amigos, aun que…
- Me gustaría que fuéramos algo más que amigos - Dijiste de repente “completando” lo que iba a decir - Te amo. Como te había dicho antes, desde que te vi sentí una atracción hacia ti y no estaba muy seguro de lo que era hasta que empezamos a estar juntos más seguido - Me decías mientras tomabas mis manos y me veías a los ojos, sentía algo que no podía explicar que nunca creí que sentiría.
- Yo también te amo, al principio pensé que solamente me gustabas, pero todo el tiempo que hemos pasado juntos me di cuenta de que lo que siento por ti es amor - No lo podía creer, finalmente le dije que lo amo y no solo eso, Sho también sentía lo mismo por mí.

Mientras yo seguía pensando que estaba soñando sentí un cálido beso en mi mejilla el cual hizo que me sonrojara, al voltear a verte volví a sentir otro beso, pero esta vez fue sobre mis labios, y fue un beso lleno de ternura. En ese momento el tiempo se detuvo, nadie más existía, solamente éramos Sho y yo.

Nunca había creído que algún día me llegaría a enamorar de alguien, ni siquiera me interesaba eso; hasta que entré a la universidad y ví por primera vez a Sakurai Sho, ahora estaba segura de que si existe el amor a primera vista. Una vez más volteamos a vernos y al chocar nuestras miradas solo pudimos decir una cosa...

-TE AMO




Fin


Fanfic ┃ Olvidé que te quería



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Parejas: Sakuraiba
Personajes: Sakurai Sho, Sakurai Mai
Género: Romance, Basado en hecho reales, Idol
Categoría: PG13
Extensión: Drabble
Resumen: En medio de la cuarentena, Sho comienza a organizar su hogar por sugerencia de su hermana. Allí encuentra algo que le hace pensar cosas y actuar rápidamente.

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Esta cuarentena me está matando. Sospecho seriamente en que Nino le aconsejó a nuestro Primer Ministro poner en estado de emergencia a todo el país. Y Riida le aconsejó tomarse otro mes más. Esos dos son los únicos que disfrutan estar en casa, pero para un adicto al trabajo como yo, esto es la muerte. Y como si este encierro no fuera suficiente, mi hermana está conmigo, porque según ella el edificio donde vive, tiene fugas.

Estar encerrado con Mai, es como esta encerrado con Nino, pero sin wi-fi y sin videojuegos. Mai es la Mary Kondo de la familia.

Hoy me puso a limpiar el armario que está cerca de la entrada. Como estaba aburrido, le hice caso. Encontré cosas que hace mucho no veía, y otras que no sabía qué tenía. Diplomas, guiones, dibujos que me regala Riida, cartas, discos viejos, revistas, fotos.

Soy de los se demoran limpiando porque me detengo a ver detenidamente lo que tenía guardado. Mai, además de ser limpiadora compulsiva y maníaca ordenada, es desesperada.

Mai: Sho!, porque tardas tanto, son solo 2 cajas las que tienes que ordenar!
Sho: Me gusta revisar detenidamente su contenido.
Mai: Eso pasa cuándo tienes cosas innecesarias!

Desde ya siento pena por el pobre hombre que se case con ella. Sigo indagando dentro del armario buscando algo interesante que sirva para subir a las historias de Instagram. Muy en el fondo, encontré algo que había dado por perdido hace mucho. La obra de teatro de Aiba kun!

Qué recuerdos!. Solo duraría unos días en escena y yo tenía mucho trabajo, pero tenía que ir, no podía quedarle mal. Ese día el se veía tan bien, tan guapo, y su cabello, su vestuario, su actuación!
Debí de haberme quedado encerrado con Masaki y no con mi hermana! Necesito verle o me volveré loco; ya sé, le diré que comamos juntos, le mandaré un mensaje para que hagamos una videollamada, aunque es muy baka y es capaz de hacer un en vivo en el Instagram del grupo y Jun nos asesina!. No, definitivamente debo ir a su casa, tengo que verlo!

Mai: Con quién hablas?
Sho: Debo irme, no me esperes, estaré con Masaki; y por favor, no tires nada!
Mai: Estás loco!! Es cuarentena!, no podemos visitar gente! Sho!!!

No me importa si es cuarentena, todo este trabajo que siempre me mantiene ocupado, y a pesar de estar casi siempre haciendo algo juntos, nunca me di el tiempo para decirle mis sentimientos, en cambio el, siempre se preocupa por mi, siempre piensa en mi. Masaki, todo eso cambiará, esta cuarentena solo seremos tú y yo.


jueves, 7 de mayo de 2020

Fanfic | A day in our life



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Personajes: Jun / Sho / (tu nombre) / Hana (OC) / Kiromi (OC) / Mamá de Hana (OC)
Parejas: Jun x OC / Sho x OC / Sho x (tu nombre)
Categoría: PG13
Género: Romance, triángulos amorosos, Angst, Escolar
Extensión: One Shot.
Resumen: Sho y Jun son mejores amigos de la infancia que al crecer comienzan a ver diferencias entre sí. Se enamoran y buscan ser felices, pero muchas veces los lazos del destino se enredan y en busca de amor, lastiman a personas importantes para ellos.

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“Hay cosas que no puedo distinguir porque están demasiado cerca, y se vuelven visibles cuando ha pasado el tiempo”


La noche ya había caído, sin embargo, el sonido de aquellos dos chicos correteando sobre el césped húmedo, aún era claro. Una vez más Jun frenó con agilidad la pelota que había enviado Sho al arco.
- Ya... – dijo Sho entre jadeos y con una expresión de fastidio- ya es suficiente Matsujun, estoy exhausto.
- ¿De verdad está bien?
- De todos modos ya es muy tarde – respondió tirándose sobre el césped a descansar.

Jun limpió algo del sudor de su rostro yéndose a sentar a su lado – Si logras entrar al equipo, te invitaré a comer a mi casa, ¿trato hecho?
- ¿De verdad? ¿le pedirás a tu mamá que haga curry? – preguntó Sho con algo de emoción en su expresión de cansancio.
- Bueno, está bien. Después de todo has estado esforzándote mucho, incluso a mi me sorprendiste, no es normal que de repente quieras entrar al equipo… nee Sho-kun…
- Supongo – dijo en medio de un bostezo sin darle importancia al comentario de su amigo.
Jun volteo a verlo serio - ¿Y…?
- Y…qué?
- ¿No me lo dirás?
- ¿Decirte qué?
Jun bufó – no te hagas el tonto ahora. Todo esto y como has actuado lo últimos días, no es nada normal. Dime… - dijo acercándose un poco más - ¿de quién se trata?
- ¿Eh?... a… a que… t- te refieres – tartamudeo nervioso.
- ¡Obviamente… - exclamó Jun ya harto de tanto rodeo - …es una chica! ¿quién es?
- ¿Eh?...¡¿cómo lo sabes?! – exclamó sentándose súbitamente
- Somos amigos ¿no?... te conozco muy bien… además eres muy obvio
- Pero…
- ¿No me lo dirás?
- ¡¡¡No quiero!!! – exclamó poniéndose de pie.
- ¿Y eso me merezco después de ayudarte a entrenar?
- Es que estoy seguro de que te reirás de mí.
- ¿Por qué?... ¿No es bonita?
- No… todo lo contrario.
Jun sonrió – bueno… ya tendrás la oportunidad de presentármela, piénsalo Sho-kun ¿Quién de los dos tiene más experiencia en este tipo de cosas?... Yo podría ayudarte a conquistarla.

Sho y Jun eran amigos desde pequeños, solían ser bastante parecidos en aquel tiempo, ambos venían de familias estrictas y habían aprendido a hacer las cosas de forma recta y destacar en todo lo que hicieran. Pero conforme fueron creciendo Jun fue haciéndose más abierto y aprendió a llevar una vida más relajada manteniendo esa responsabilidad de hacerlo todo bien, inculcada por su familia. En cambio a Sho le era muy difícil llevar el ritmo de su alrededor; aunque era bueno en los estudios, básicamente no resaltaba en deportes, ni era popular con las chicas como Jun, ni tenía tantos amigos, en fin, podría decirse que ambos se habían vuelto muy diferentes al haber crecido. Habían comenzado su último año en el colegio con los sueños comunes de dos adolescentes, sin sospechar siquiera que aquella amistad que habían mantenido, aquella que podían ver claramente aún en el futuro más lejano, terminaría por completo en tan solo unos meses.

A la mañana siguiente Sho llegó muy agitado al salón de clase, se había  quedado dormido. Tomó su lugar de costumbre al lado de su mejor amigo.
- Buenos días Sho-kun – sonrió Jun.
- Hola… ¿aún no llega el maestro?
- Pues no, tienes mucha suerte.
- Que bueno – respondió agitado disponiéndose a sacar sus cosas.
- ¿Que nadie va decirme “Buenos días” a mí? – reclamó una voz femenina por detrás de ellos.
Sho volteó algo sorprendido – Ah…buenos días (tu nombre), no te había visto.
- Buenas… oigan ¿pudieron terminar el trabajo a tiempo?
- ¿De qué hablas? – dijo Jun.
- Del trabajo de biología… ¡¡era para hoy!!
- Maldición… lo olvidamos – dijeron ambos casi al mismo tiempo.
- ¿Pero en que están pensando ustedes?  -reclamó ella.
- Por favor (tu nombre), tienes que ayudarnos – rogó Sho un poco nervioso.
- ¿Y cómo haría yo eso?
- Pues cópianos – respondió Jun con frialdad.
(Tu nombre) lo miró con una cara de asombro – ¿Y me lo pides de esa manera?
- Por favor (Tu nombre) - pidió Sho juntando las palmas de sus manos
- Al menos tú eres más amable – respondió ella resignada sacando su cuaderno de su mochila y entregándolos de mala gana - Anden apresúrense o no alcanzaran a terminar.
- ¡Sí! Muchas gracias.

(Tu nombre) era la persona más cercana a ese par de amigos, constantemente se sentaban los tres juntos en las clases, bromeaban y se apoyaban lo suficiente para aprobar los cursos sin dificultad.
Se encontraban ya en la hora del almuerzo, sentados en una de las mesas de la modesta cafetería del establecimiento.
- Entonces, ¿estuvieron entrenando hasta las diez de la noche?
- Así es. – Se lamentaba Sho - Tengo dolores por todo el cuerpo.
- ¿Desde cuándo a acá te interesa tanto el futbol SakuSho? – preguntó intrigada (Tu nombre)
- Desde que está enamorado… - contestó Jun haciendo a Sho atorarse con su comida.
- Ya cállate idiota.
Jun sólo sonrió ante el nerviosismo de Sho y siguió comiendo como si nada.
- Pero, ¿de quien estás enamorado que tienes que entrenar tanto?
- Ya basta, no se los diré, aunque insistan.
- Es Takeda Hana.

Sho volvió a atorarse pero esta vez al punto de que (Tu nombre) tuvo que ponerse de pie para golpear su espalda y ayudarlo.
- Pero…c- cómo…- decía Sho con dificultad por la falta de aire -¿cómo lo sabes?
- Te vi el otro día viéndola entrenar.
- ¿Entonces por qué fingiste no saber nada?
- No lo sé, es divertido verte de esta forma.
- MatsuJun, ya déjalo – renegó (Tu nombre).
- Él es el tonto que se complica solo – decía Jun despreocupadamente - podemos ayudarlo sin problemas, ¿verdad (Tu nombre)?
- ¿Ayudarlo en qué?
- Pues a conquistarla.
(Tu nombre) volteó a ver a Sho, su rostro aún estaba enrojecido por lo anterior y tenía el ceño fruncido tratando de ocultar su frustración.
- Yo paso – dijo ella con seriedad, tomando sus cosas y alejándose de ahí.
- Ahora que le pasa a esta chica – protestó Jun.
- Matsujun, tú me ayudarás, ¿verdad? – preguntó Sho esta vez ya más calmado y con una mirada de preocupación.
Su mejor amigo le sonrió – vas a conquistarla en un abrir y cerrar de ojos, Sho-kun.

La última clase de la tarde ya había terminado y los estudiantes se dirigían cada uno a las clases extracurriculares. Sho y Jun decidieron faltar; caminaban hacía el salón de entrenamiento del equipo de baloncesto del colegio.
- Lo primero que tenemos que hacer Sho-kun – explicaba Jun - es tener a alguien cercano a ella de nuestro lado.
- ¿por qué?
- Así será más fácil averiguar sobre lo que le gusta e incluso invitarla a salir.
- Ya veo. Pero yo… - decía Sho con una expresión preocupada - …soy realmente malo para hacer amistades nuevas.
- Para eso estoy yo – le dijo Jun guiñándole un ojo.
Sho sonrió forzadamente temiendo exactamente a dónde llevaría eso.

Hana era la capitana del equipo de baloncesto, era muy popular por este mismo hecho. Aquella tarde después de terminar el entrenamiento ella y su mejor amiga bajaban por las escaleras principales hacia la salida, cuando por los últimos escalones distinguieron a un par de chicos sentados. Pasaron un poco extrañadas de la situación sin pretender reparar mucho en ellos.
- Disculpen… - dijo de repente uno de los chicos - ¿podrían darme la hora?
Hana volteó a verlo con su expresión seria.
- Pues… casi son las seis treinta – respondió su amiga.
- Muchas gracias – sonrió gentilmente.
- Espera… ¿no estás tú en el equipo de soccer? – Cuestionó la chica - he oído sobre ti… uhm…eres…
- Matsumoto Jun, para servirte.
La muchacha sonrió – puedes llamarme Kiromi.
- ¿Y tu amiga?
- Ah…ella es Hana.

Sho tenía los nervios de punta, sentía que debía decir algo pronto pero veía a Hana y se le nublaban las ideas.
- Mucho gusto, Hana – decía Jun en tono caballeroso - él es mi amigo, se llama Sho.
- Hola – saludó Kiromi algo extrañada de que su amiga se encontrara tan seria - esto… tú también estás en el equipo de soccer?
- Ah…no… - se apresuró a hablar Sho.
- Pero, hará la prueba para entrar este año – aseguró Jun.
Hana de repente había quitado su expresión seria para mirar directamente a Sho – Buena suerte.
- G-gr-gracias – dijo él con mucho esfuerzo, sintiéndose como un tonto por actuar de esa forma.
- Bueno, ¿iban de salida no? Nosotros también, podemos acompañarlas si les parece.
- No hay problema.

Sho era el único que estaba incomodo con esa situación, no sentía para nada que estuviera dando una buena impresión pero no podía evitarlo. Todo estaba siendo tan repentino, tan solo el día anterior observaba de reojo a Hana e incluso a una distancia razonable, que el estar ahí caminando a su lado era demasiado para él; no sabía que decir, ni siquiera qué cara poner. Pensó que tal vez mañana estaría más tranquilo, por lo pronto sólo deseaba volver a casa y pensar calmadamente. Jun le había dicho que lo ayudaría, bastaba con que se hiciese amigo de ellas para poder ayudarlo, así que decidió irse; se excusó con cualquier cosa para desviarse por otro camino, dejando a su mejor amigo algo irritado por su cobardía.
Después de caminar un trecho más, Kiromi tuvo que separarse y entonces quedaron solo
Jun y Hana, él pensó que quizás podría hablarle acerca de Sho y despertar su interés en él.

- Así que… ¿te gusta el baloncesto no? – expresó al ver su balón con la esperanza de iniciar conversación.
- Mmm – asintió Hana sin mostrar el más mínimo interés.
- ¿Lo practicas desde hace mucho?
- ¿Por qué no vas directo al grano? – dijo con seriedad.
Jun mostró una sonrisa de confusión -¿Qué quieres decir?
Con la mirada fija en él, dijo - ¿por qué tomas tantos rodeos? Es obvio que todo esto lo planeaste.
- Bueno, es verdad – respondió en un tono despreocupado, consiguiendo aturdir a Hana.
- En ese caso, no pienses que caeré en tu juego.
- Eso suena como un reto.
- Tómalo como quieras.
A Jun le sorprendía el modo de actuar de aquella chica y más todavía el hecho de que alguien así pudiese gustarle a Sho, pero no podía negar que era alguien interesante.
- Un reto será entonces.
Hana sonrió ante la terquedad de esa persona.


La familia de (Tu nombre) tenía un pequeño café en el centro de la ciudad, todas las tardes ella acostumbraba a ayudar hasta que cerraran por la noche. Sin embargo aquella tarde, ella tenía la mente distraída.
- Espero que esto no llegue más lejos… - pensó en voz alta.

A la mañana siguiente, (tu nombre) notó que sus dos amigos habían llegado antes que ella, los saludó como de costumbre obteniendo sus sonrisas acostumbradas.
- (Tu nombre) me alegro tanto de que hayas llegado.
- ¿Qué quieres que haga?
- ¿Eh?
- Tú nunca dices eso Matsujun, a menos que quieras algo.
Jun le sonrió descaradamente – Bueno ya, escucha, hoy en la hora del almuerzo nos sentaremos con Hana-chan y sus amigas.
- ¿Qué?
- No te hagas la tonta.
- Es para poder conocerla mejor – explicó Sho.
- Esperen, yo no tengo intención de conocerla. Pueden ir si quieren pero no tienen por qué llevarme ¿verdad?
- Te equivocas – dijo rápidamente Jun - Si vamos los dos ahí como si nada pareceremos un par de pervertidos molestando a las chicas del equipo de baloncesto. Te necesitamos para pasar como unos simples amigos.
- Pero no quiero.
- ¿Eres nuestra amiga o no?
- Deja de manipularme Matsujun.

La hora del almuerzo se había convertido en el momento del día en que más incómoda se sentía (Tu nombre). Estaba por llegar al límite, no soportaba lo escandalosas que eran esas personas y le molestaba mucho el que Jun se le burlara a cada oportunidad. Pero sin duda lo más molesto de todo era ver como Sho estaba consiguiendo llevarse bien con Hana.
Habían pasado un par de semanas de esa manera y aquel día era definitivamente importante, el día en que Sho realizaba su prueba para entrar en el equipo de soccer. El calor era intenso y varias de las “amigas” de Sho observaban desde las graderías, (Tu nombre) estaba sentada al lado de la más importante, Hana.

Hana parecía tener la mirada perdida en lo ancho de aquella cancha, nadie podría estar seguro de lo que observaba.
- De verdad, ¿podrá hacerlo? – comentó algo nerviosa (Tu nombre).
- ¿No crees en él? – cuestionó Hana.
- ¿Eh?... - ¿me estaba escuchando? - no es eso, es sólo que… de seguro está muy cansado.
- ¿Por qué?
- Ha estado practicando mucho, incluso anoche se quedó hasta muy tarde.
- De verdad quiere entrar en el equipo ¿no?
No es eso lo que de verdad quiere baka!!! – Bueno….eso creo.
- Oh mira, tirará al arco.
- Sí – (Tu nombre) veía con atención a Sho, intentado darle buenas vibras, este tiro era decisivo y Sho tenía esa expresión tan varonil en su rostro.
- Están poniendo a Jun-kun de arquero… - exclamó una desconocida.
(Tu nombre) rezaba por que Sho no fallara, cuando de repente escuchó la voz de Hana.
- Jun es muy apuesto ¿no crees?
- ¡¿eh?! – volteó a verla sorprendida, ¿Qué acababa de decir?... Ya era tarde, Jun había parado el tiro de Sho.
(Tu nombre) sentía que le había caído un balde de agua fría, no era posible lo que estaba pasando. Formando en una fila, los estudiantes elegidos dieron un paso al frente, Sho no estaba entre ellos.
- Voy a matarte Jun – musitó (Tu nombre) irritada, al ver la decepción manifestarse en el rostro de Sho - a ti y a tu maldito don con las mujeres.

- Lamento que no hayan salido bien las cosas – comentó Jun enojado consigo mismo por como había resultado todo.
- No te preocupes – respondió simplemente Sho.
A ellos se acercaba Hana y discretamente (tu nombre). Sho intentó cambiar su mirada infantil al verla.
- Fue algo impresionante Sho-chan – sonrió Hana.
- No, no es así.
- Bueno, no tienes por qué estar desanimado, me sorprendió mucho verte jugar de esa manera. ¿Qué les parece si vamos a jugar baloncesto hoy por la tarde?
- Eso estaría bien – dijo Jun mirando a su alrededor.
- No, creo que… sería mejor mañana… ¿no creen? – dijo Sho con dificultad.
- ¿Mañana? Bueno, si les parece mejor.
(Tu nombre) sólo observaba con algo de pena la situación en la que se encontraba Sho, dudando si hablar con ellos lo que había escuchado decir a Hana.
- Tal vez sea mejor si no me entrometo – susurró para sí misma.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en las consecuencias de esas palabras. Más tarde antes de que se ocultase el sol, ella salía del colegio pasando despreocupadamente cerca de las canchas.
- ¿Sakusho? –s e dio cuenta de que Sho practicaba a medias luces con una pelota de baloncesto.
- Sakusho ¡¿Qué haces?!
Sho volteo a verla algo asustado, deteniéndose en súbito.
- Ah…eres tú (Tu nombre).
- Claro que soy yo, ¿Qué haces?
- Practicando – respondió inflando sus mejillas ligeramente.
- ¿Por qué?!
- Pues…no puedo ser un desastre jugando con Hana-chan mañana.
(Tu nombre) lanzó un suspiro, harta de oír ese nombre todo el tiempo - ¿y por qué?
Sho rió – Es obvio ¿no?
- Es que yo no... no creo que tengas que aparentar ser “perfecto” para gustarle, Sakusho. ¿Por qué no intentas simplemente ser tú mismo?
- Bueno – Sho bajó la mirada - es un buen consejo.
- Por supuesto que sí.
- Gracias nee – sonrió plenamente haciéndola desvariar un poco.
- Bien…ya me voy. Nos vemos.
(Tu nombre) se fue sin darse cuenta de las calles que recorría, sin ser capaz de pensar claramente en lo que debía hacer.
- En primer lugar ¿Por qué le doy consejos para algo así? – se lamentó.

A la mañana siguiente, el partido para que había practicado Sho, no se realizó. Y ahí estaba él como de costumbre sentado en la biblioteca tratando de ponerse al día con las materias que había descuidado debido a Hana. Pero su mente flotaba como la de cualquier adolescente enamorado, preguntándose si realmente estaba logrando llamar su interés.
- Hola Sho-chan – saludó Hana sorprendiéndolo por la espalda.
- Eh?... - tartamudeaba - Hana-chan.
- ¿Estás estudiando?
- Sí, pero ya estaba por terminar.
- ¿En serio?... qué bueno porque quería pedirte un favor.
- Claro, lo que quieras – hablaba con rapidez evidentemente nervioso.
- ¿Podrías ayudarme a estudiar?
- Eh… por supuesto, anda siéntate y yo te ayudo con lo que quieras.
Hana obedeció sonriente – Jun-kun siempre dice que eres muy inteligente, así que… pensé que podrías ayudarme con cálculo, se me hace muy complicado.
- No hay problema.
- Gracias… Sho-kun siempre eres muy amable ¿verdad?... a pesar de  ser así de tímido – mencionó abriendo su libro.
- ¿Te parezco tímido?
- Un poco… tal vez…
- ¿No te agradan las personas tímidas?
- No dije eso – negó ella.
- Hana-chan… - dijo en medio de un suspiro Sho - yo no siempre soy así, es sólo que cuando estás cerca yo…
- Hey chicos…¿están aquí? – chilló una voz femenina.
- Ah…es Kiromi-chan... le dije que viniera. ¿Puedes ayudarla a ella también, Shochan?
- Claro – respondió en seco Sho, frustrado al haber perdido una oportunidad.
                                                                                                                                                            

Habían pasado varios días; esa tarde (Tu nombre) se hallaba en el café de su familia, limpiando descuidadamente las mesas, mirando su reloj de vez en cuando. Entonces vio entrar a quienes esperaba.
- Hola (Tu nombre)…
- Hola Matsujun, Saku… eh???... ¿qué haces con esa ropa Sakusho?
- ¿Qué te parece? Fuimos a buscarle un estilo diferente para esta tarde – sonrió Jun.
- Pero sólo iremos al karaoke.
- Pero Hana-chan estará allí – contestó Sho, otra vez ese nombre.
- Creo que llama mejor la atención de esta manera
- Sólo se ve vestido igual que tú, Matsujun – renegó (Tu nombre).
- Eso no es verdad, para qué preguntarte si tú no sabes nada de moda – le dijo Jun - mira, ¿ya terminaste? vámonos de una vez.
Ambos salían del café seguidos por (Tu nombre) – La verdad… se ve más guapo con la ropa de siempre - dijo sin ser escuchada.
Llegaron al karaoke donde se habían citado, ahí se encontraba Hana y algunas de sus amigas a quienes (tu nombre) simplemente detestaba.
Sho no podía sacar de su mente sus planes, si todo salía bien, se declararía esa tarde al volver a casa. Hana emitía un brillo especial en medio de todas esas personas, vestía un coqueto conjunto de shorts y una chaqueta tipo canguro de color rojo.
Como siempre Jun se ganó la simpatía de casi todas las chicas, excepto (tu nombre), que lo conocía muy bien, él era el tipo de chico que tenía ex novias por todos lados y Hana, que más bien parecía aburrida.
Sho tenía la intención de mostrarle a Hana que no era todo el tiempo así de tímido, así que en la canción que le tocó cantar hizo las bromas que acostumbraba hacer cuando estaba entre amigos trató de liberarse un poco, “Ser él mismo” como le había aconsejado (Tu nombre). Ella sonrió, conocía lo multifacético que era Sho y le agradaba cuando él bromeaba de esa manera, pero en medio de las risas de todos Hana se puso de pie observando la pantalla con ojos inexpresivos y salió de aquel sitio sin explicación alguna.
A Jun le intrigó mucho que se fuera, así que salió corriendo tras ella, en tanto Sho apenas se daba cuenta de lo que había sucedido.

- ¡Espera!... Oye… - Corría detrás de ella.
Se detuvieron ambos en medio de jadeos - ¿qué haces siguiéndome?
- Quería saber por qué saliste así de repente.
Hana rio de lado – Así que notaste que estaba allí.
- ¿Qué dices?
- Conversabas tan animado con todas las chicas que no creí que te importara que me fuera.
- Por supuesto que sí, es muy importante que… - calló de repente al darse cuenta de que casi delataba a Sho.
- ¿Qué?
- Nada.
- Bueno. Pero ahora estamos los dos aquí. ¿Vamos a algún sitito?
- Claro que no, hay que volver – respondió convencido de que Sho se sentiría mal.
- Hagamos un trato Jun-kun. Tú dijiste que yo sería como un reto ¿no?..Bien… - miró hacia los lados encontrando lo que buscaba, una máquina expendedora.
- ¿Para qué quieres un jugo?
Hana se tomó todo el contenido de la lata de solo un trago, entregándole el envase vacío a Jun.
- Mira…si logras encestarle al basurero de allá – señaló un basurero a una distancia de menos de dos metros - Entonces iremos a donde yo quiera, pero si fallas, volveremos al karaoke.
- ¿No debería ser al revés? – dijo Jun confundido.
- No, está bien así. Está en tus manos Jun – contestó con un tono de voz especial.
Era un tiro simple de acertar y por lo tanto también de fallar. Pero aunque él estaba seguro de lo que debía hacer en su mente, algo le hizo actuar diferente, encestó.

Jun tuvo que cumplir su promesa, lo que en un principio le preocupó, a medida que fue avanzando de tarde, fue olvidándolo. Hana podía ser una persona entretenida y simpática cuando se lo proponía y Jun comenzó a pensar que había valido la pena encestar aquel tiro. Después de visitar varias galerías de artículos, haberse pasado un rato jugando juegos electrónicos y comer lo que se les presentó en el momento; ambos volvían a casa ya con las luces públicas iluminando el ambiente.
Llevaban callados un buen rato, pero Hana no dejaba de observar de reojo a Jun, como tratando de percibir su expresión.
-Supongo que… - dijo serenamente - ganaste. Después de todo.
Con una sonrisa ingenua Jun la observó indicándole que no captaba el mensaje.
- Hoy fue divertido… ¿no crees?
- Sí, aunque me preocupa, seguramente Sho…
- Ahora – le interrumpió Hana - creo que me agradas Jun…tal vez…más que eso.
- ¿Eh?
- Sólo quería asegurarme sabes. Pensé que  no resultaría pero, encestaste el tiro.
- Hana…
- Aquí es mi casa Jun-kun. Ya debo irme  - le dijo subiendo con rapidez las escalerillas.
Jun sólo pudo agitar su mano despidiéndola, considerando por primera vez en el día lo hermosa que se veía así, a pocas luces.

(Tu nombre) había regresado al café, perdida entre sus propios pensamientos. Su hermano había estado ayudando a su madre con la atención así que en cuanto la vio entrar no dudó en dejarla ahí a cargo del resto del trabajo. Sólo era cuestión de recoger las mesas y lavar los platos que habían faltado. Mientras su madre en la cocina organizaba los productos que servirían mañana, (Tu nombre) se ató el delantal a la cintura y comenzó a poner la vajilla al fregadero.

“Me pregunto donde habrán ido esos dos. Sho estaba preocupado, aunque no parece sospechar nada…después de todo, ¿qué rayos tiene esa chica?... no le veo lo especial. Pero Sakusho parece darle mucha importancia…”, pensaba (Tu nombre) sin darse cuenta de que lanzaba suspiros involuntarios de vez en cuando.
- ¿Sucede algo? – escuchó la voz de su madre hablarle calmadamente como siempre.
- Eh… - Salió de su mundo metafísico - ¿Por qué?
- Llevas ya tu quinto suspiro.
- ¿En serio?... oh… no pasa nada.
- Estas preocupada por algo ¿verdad?
- No…
- ¿Pasó algo con tus amigos del karaoke?
- No es eso… es que… bueno, tengo miedo de que no les resulte bien la cosas.
- ¿A quiénes?
- Matsujun está ayudando a Sakusho con una muchacha que… le gusta… - (tu nombre) no podía creer que estuviera diciéndole eso a su madre - pero…creo que…todo está saliendo al revés.
- Y ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- Pues que por ella…dejen de ser amigos.
Su madre se burló ligeramente.
- Sería tonto si hicieran eso.
- ¿Eh?
- Esto sólo es un amor de adolescencia. Nada garantiza que vayan a sentir lo mismo en el futuro. Estos amores sólo son pasajeros hija. Pero no hay nada que puedas hacer, ahora mismo ellos lo ven como algo muy profundo que durará por siempre, pero créeme, no es así. Los amores de adolescencia van borrándose con el tiempo.
- ¿Eso crees?
- Ya que tú eres una adolescente también, es normal que no lo comprendas.
(Tu nombre) dejó correr el agua del grifo por un buen rato, “¿Mis sentimientos por Sakusho también…se borraran?”. Eso sería bueno, que dejase de molestarla ese sentimiento y los celos de verlo tan ilusionado con Hana.

Los días siguientes Jun trataba de evitar lo más que podía a Hana, hasta el punto de evitar hablar de ella, se excusó con Sho diciéndole que ya era tiempo de que él tomase el control y que avanzara solo en su batalla por conquistar a Hana. Sho accedió inocentemente sin sospechar que aquello se trataba de una batalla genuina.


Jun había comenzado a perder el tiempo por las tardes escuchando música, sin pensar en sus preocupaciones, era una rutina que llevaba a cabo cerca de un mes, el mismo que había estado evitando a Hana. Y es que había un pensamiento que le perseguía desde aquella tarde que habían pasado los dos a solas, un pensamiento que no quería que aflorara, que no deseaba reconocer. Porque habían muchas razones para ver a Hana como una chica distinta a las demás, empezando por que era aquella de quien gustaba Sho, su mejor amigo.
Hana observó un breve instante la posición de Jun sentado descuidadamente sobre una de las bancas del jardín, ahí con su uniforme ligeramente arrugado y el cuello de su camisa suelto a falta de su corbata.
Se aventuró a quitarle los audífonos susurrando en su oreja – Así que estabas aquí.
Jun dio un salto sorprendido por el acto y al notar que era Hana, cayó presa de los nervios.
- Pero qué haces.
- ¿Eh?... ¿acaso Matsumoto se ha sonrojado? – Se burló la chica - espero que sea debido a mí.
- No estoy de humor para tus juegos, Hana.
- No son juegos – dijo seriamente ella - has estado evitándome y quiero saber porqué.
- No he estado evitándote.

A Hana le irritó mucho la forma en que Jun le hablaba, ladeando la mirada sin verla de frente. Ella estaba segura de que él no era sí, si él tenía la fama del chico más mujeriego de la escuela, e incluso con esa fama ella había llegado a aceptarlo. Pero no iba a tolerar que fingiera timidez con ella. Se acercó bruscamente a él, posicionándose a escasos centímetros de su rostro, lo obligó a verla a los ojos.
- Mírame Jun.
Jun no manifestó ni siquiera un poco de sus nervios cuando la observó descaradamente con sus ojos profundos, no iba a dejarse vencer por ella ni el efecto de su presencia que sentía en esos momentos.
- ¿Qué es? – dijo con esa voz varonil y profunda.
Hana sonrió, había vuelto el Jun que conocía. No iba a dejarlo ir así por así, decidió rodear su cuello con sus brazos delicadamente.
- Hana… - Jun intentó detenerla sin sonar patético - Escucha… no puedo hacer esto…
- ¿Por qué no? – respondió negándose a alejarse de él siquiera un centímetro.
-…No puedo hacerle esto a… - dudaba como continuar - Verás...
Hana sonrió de repente - ¿Te refieres a Sho?... – cuestionó turbando a Jun por completo - Él no es en quien estoy interesada.
- Pero que…
- Jun, óyeme atentamente – decía en un tono casi seductor - Yo no soy ese tipo de chica, no voy a dejarte ir sólo porque también le gusto a tu amigo, ¿Por qué no puedes simplemente aceptar la realidad? Él no me gusta. Así de simple, eres tú a quien quiero…
Jun fue cediendo poco a poco a medida que la voz de Hana se hacía más baja y lo atraía más. Fue él mismo quien besó sus labios, con delicadeza profundizándolo de a poco, como si el mañana no existiese.

Se trataba de  aquella tarde soleada  en que las ilusiones y sueños infantiles de Sho fueron arrancados de raíz, cuando la verdad se reflejó antes sus ojos como los rayos solares, tan intensos que uno se niega a verlos directamente. Él se negaba a aceptar la imagen de  aquel beso frente a sus ojos.

Sho, quien solía brillar de la misma forma que su mejor amigo cuando eran pequeños, sutilmente fue alejándose de ese concepto, aún con el parecido entre ambos, había una gran brecha que los separaba y ahora más que  nunca ésta era visible para Sho. Odiaba el ser diferente a Jun, y se odiaba todavía más por desear ser como él, sólo para que Hana lo aceptara. Pero sin duda Hana no conocía lo que él sentía por ella, nadie que estuviese consciente de cuanto se le quería renunciaría a un amor tan profundo. Sho no conseguía olvidar la imagen, cada noche le atormentaba junto con varias preguntas, hasta que el amanecer llegaba para mostrarle un nuevo e indeseable día.
Y es que Jun, aunque había aceptado sus sentimientos por Hana, no se decidía a contárselo a Sho, ganándose inconscientemente su rencor, pues Sho detestaba lo cobarde y embustero que estaba siendo su propio amigo.

Pero después de una semana llena de mentiras e hipocresía Sho se decidió a desmentir ese engaño. Fue durante los almuerzos apartados que habían comenzado a tener entre los tres, ahí estaba (Tu nombre) toda inocente sin saber nada acerca de lo que pasaba entre esos dos.
- Sabes Jun… he pensado que sería bueno si acompaño a Hana hoy a su casa – dijo Sho con disimulo - Se lo diré directamente y sin rodeos, creo que… después de todo tengo una oportunidad con ella.
- ¿Eh?... ¿en serio?...
- ¿Tú qué piensas?
- Pues…creo que está bien.
- ¿En serio?...¿no te molesta?
- ¿Q…que?..
- ¿No te molesta que me declare a ella y la bese como tú lo hiciste con ella? – dijo esta vez Sho con un tono tan sarcástico como serio. Mientras (Tu nombre) no creía que fuera posible ver así de molesto a Sho.
- ¿Cómo es que te enteraste?
- ¿Tú crees que ese es realmente el punto? – cuestionó Sho levantándose completamente alterado.
- Yo no planee nada de eso.
- ¿Y cuando pensabas decírmelo, Matsumoto? …¡responde!!
- Sólo estaba buscando el momento adecuado.
- Quizás cuando esté frente a ella humillándome como un idiota… claro… si todo este tiempo sólo estuviste burlándote de mí, como haces con todo el mundo.
- ¿Qué quieres decir? – respondió Jun atravesándolo con la mirada.
- Sólo eres un idiota que no va en serio con nadie… y no te importó que fuese ella… tenias que entrometerte.
- Cierra la boca imbécil… ¡¡voy en serio con ella!! – dijo con esa mirada maliciosa que parecía burlarse de Sho.
- ¡Eres un bastardo…! – exclamó Sho antes de plasmarle un golpe en el rostro que lo empujó violentamente al suelo.

(Tu nombre) abrió sus ojos tanto como pudo, apresurándose a detener a Sho que tenía la intención de golpear de  nuevo a Jun. Al ponerse de pie, Jun tenía la mirada prendida de ira, sin embargo trató de controlar sus impulsos de devolverle ese dolor a Sho.
- Puedes golpearme lo que quieras… entiendo que estés molesto… pero cuanto antes aceptes la realidad mejor...
Sho tuvo ganas de borrarle a golpes esa nueva sonrisa de triunfo que mostraba, mas (Tu nombre) seguía agarrándolo casi colgándose de él para detenerlo.
Y aquellas fueron las últimas palabras que esos amigos de infancia se dijeron, sin más, comenzaron a ignorarse mutuamente, fue como si esos años uno al lado del otro, las dificultades que habían atravesado juntos, los juegos y el crecer juntos; se hubiesen difuminado como las  nubes más rarificadas y débiles en medio de las corrientes indecisas.
(Tu nombre) los veía sonreír falsamente, los veía llenarse de orgullo inservible cuando intentaba hacerlos entrar en razón, no entendía cómo es que ni la sombra de aquella amistad se dejara ver en medio de esos escombros y, con todo su corazón odiaba a esa persona, esa manzana de la discordia que se sonreía descaradamente junto a Jun; odiaba a Hana, que aún al poseer el corazón de Sho, lo había rechazado sin siquiera considerarlo.

- Esto… Sakusho… estaba pensando… tal vez… - musitó nerviosa frente a él.
- ¿De qué se trata? – respondió con su acostumbrada cortesía.
- ¿No piensas hablar con Matsujun?... mira que la graduación será en una semana y…
- No sigas con esto (Tu nombre)-chan – contestó en seco.
- Pero… - se detuvo en la expresión seria de Sho, esa ventana al nuevo y frío Sho que se estaba formando - No entiendo nada de esto. ¿No es una estupidez?... quiero decir…
- (Tu nombre)… no te he pedido tu opinión al respecto.
- Pero Sakusho… tú y él…
- ¡Ya cállate!! – exclamó dejando sin aliento a (Tu nombre) - Eres una niñata que no entiende nada…Yo le quería (Tu nombre)… en verdad le quería – dijo esta vez en un tono tan sincero que parecía dejar su alma al descubierto - Tú no puedes entenderlo.
(Tu nombre) se quedó ahí, sin ser capaz de moverse, dolida por sus palabras, por esa mirada tan fría, se quedó ahí aunque él se había ido, condensando su dolor en una sola lágrima. Deseando con fervor que las palabras de su madre fuesen realidad y esos sentimientos se borraran, que lo que sentía por Sho se borrara.
Que ese dolor se borrara.

La graduación llegó, con el deber de seguir avanzando y dejar el pasado atrás. Y los días que transcurrían sin sentido en la ciudad, se hicieron semanas, que llegaron a formar meses, los cuales se acumulaban haciéndose incontable. Se formó una barrera invisible entre esas vidas que habían perdido conexión.

(Tu nombre) observaba con nostalgia la repisa sobre el mostrador del café, habían pasado años, pero aquel lugar era lo único que se había mantenido.
Había perdido contacto con Jun cuando él dejó la ciudad y Sho que estudiaba en Keio se había convertido en alguien más sociable aunque también sensato. Venía regularmente al café antes de irse a la universidad, esa mañana por igual.
- Buenos días - saludó directamente al entrar.
(Tu nombre) fue a atenderlo como si fuese un cliente más.
- Buenos días, (Tu nombre) – dijo Sho esta vez más fuerte y cerca de su oído
- Ya te escuché Sakusho… - dijo frotándose la oreja.
Sho le sonrió – Un café por favor.
- Claro – dijo fingiendo desinterés - y dime ¿no viniste con ninguna de tus amiguitas?
- Pues ninguna estaba libre.
(Tu nombre) bufó – ¿De verdad eres ese tipo de chico en la universidad?... de cualquier forma me da lo mismo. Ni te creas que andaré compitiendo con esas chicas adineradas.
- ¿Eh?...que quieres decir?
(Tu nombre) vio la mirada inocente de Sho, haciéndola sentir frustrada, llevaba años intentando borrarle, sin embargo esos sentimientos volvían como un boomerang repentino, pero Sho no lo notaba.
- Realmente eres ingenuo cuando se trata de este tipo de cosas – se lamentó.
Fue rápidamente por su café, y volvió inclinándose para dejarlo en la mesa con delicadeza.
- ¿Café? – dijo Sho haciéndose el gracioso de nuevo.
- Es lo que pedíst… - la respuesta de (Tu nombre) fue avasallada por los labios suaves de Sho, que se posaron en los suyos como una caricia profunda, cálida y paradisíaca.
Al apartarse Sho le habló al oído con esa voz tan profunda – ¿Aún piensas que soy ingenuo?


Jun era un prestigioso diseñador de interiores que trabajaba en una empresa extranjera, haciendo viajes constantemente entre Paris y Tokio, pasaba uno de sus días más tranquilos entre semana, cerca de la hora del almuerzo en restaurante que frecuentaba desde hace un par de semanas.
Caminaba hacia la mesa que había reservado cuando tuvo que detenerse al creer haber visto una imagen familiar.
- ¿Jun? – escuchó.
Y al voltear estaba Sho delante, sentado en la mesa que acababa de pasar.
- ¿Sho-kun?

Y fue así cómo los dos amigos quienes habían pasado la mitad de su vida juntos y la segunda completamente distanciados, volvían a encontrarse por el capricho del destino. Los años entre ambos habían arrastrado todo a su paso, recuerdos, rencor y dolor. Dejando sólo los vestigios de lo más profundo entre ambos, una amistad sincera que nunca se quiso que terminara. Ahora todo era tan fácil de ver, tan fácil de distinguir lo realmente importante.

Sho comenzó a reír alegremente – ¿cuánto tiempo?... hombre, ¿cómo has estado?
- Pues no me quejo. ¿Puedo sentarme?
- Claro adelante – indicó señalando el asiento en frente suyo.
- ¿Y a ti como te ha ido?... escuché que fuiste a Keio.
- Oh si, fue algo inesperado, pero bueno todo resultó bien.
- Es increíble… no me imaginaba que pudiésemos volver a hablar así como si nada.
- ¿Verdad que sí? Incluso creí que la próxima vez que te viera me devolverías los golpes.
- Oh, es verdad, no lo he olvidado Sakurai – dijo burlándose Jun.
- Nunca le había pegado a nadie… creí que me había roto la mano.
- Ya lo creo… - dijo entre risas estruendosas - ¿no fue un poco tonto todo eso?
- Menuda tontería Jun… no sé en qué pensábamos…
- Es verdad.
- Y has sabido de Hana-chan?
- Pues… - Jun lo pensó un momento - no la he vuelto a ver desde que terminó conmigo en nuestro primer año en la universidad, al parecer se enamoró de alguien mayor, creo que escuché que se casó o algo así. Mira que ya ni su número puedo darte – sonrió.
- ¿Eh? – Rió Sho - ¿no te lo dije?... estoy comprometido, voy a casarme el mes que viene.
- No me digas – respondió Jun claramente sorprendido - y se puede saber quién es la víctima.
- ¿Qué dijiste?
- O la afortunada, como quieras verlo – sonrió Jun.
- Mira allá viene – indicó Sho señalando a la puerta.
- (Tu nombre)-chan… - Jun se puso de pie para saludarla.
-Matsujun… ¿eres tú?...que gusto verte –exclamó abrazándolo.
- Lo mismo digo pero ¿Cómo es que ustedes terminaron juntos? – preguntó viéndolos de reojo.
- ¿Eh?
Sho sonrió poniéndose de pie rodeando a su prometida con el brazo.
- Hay mucho que tengo que contarte…amigo.

                        



Fanfic ┃ Sumergiendo al mundo en un vaso de agua (Capítulo 1)



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Personajes: Ohno Satoshi, Mamá de Satoshi, Summire (OC), Ann (OC)
Género: Romance / Vida Cotidiana / Drama
Categoría: PG13
Extensión: Serial
Resumen: Ann conoce a sus nuevos jefes y acepta el contrato con ellos a pesar de tener un pequeño altercado con Satoshi, sin saber que terminará trabajando con él.


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El contrato (Parte 1)

— Señores tenemos un gran problema -, anunciaba el recién llegado que ingresaba a la sala de juntas, donde un grupo de directivos se encontraba reunido - resulta que quien sería nuestro productor para el reciente drama que estamos planeando enfermó, por ahora está internado pero a pesar de que aún falta un mes y medio para las grabaciones, estará internado dos semanas y se le ha ordenado que descanse por los menos de dos a tres meses, en pocas palabras... - arrojó a la gran mesa de madera los papeles del fax que contenía el comunicado que estaba dando - estamos cortos de tiempo para poder encontrar a alguien que quiera venir de urgencia, leer el guión y acomodarse para empezar a grabar el mes próximo.
— Esto es grave, si no conseguimos productor a la brevedad tendremos que retrasar las grabaciones y eso no es posible, las agendas se amontonarían.
— ¡Pues debemos hacer algo ya! - habló un hombre de cabello cano dando una palmada sobre la mesa - espera - dijo con voz un tanto despreocupada al momento que se giró a su derecha - tu madre, seguro conoce a alguien ¿no? - le dijo a la persona que se encontraba a su lado.
— ¡Puede ser! Sería bueno que le llamaras y le preguntaras Ohno-kun - el chico que estaba justo en frente suyo había estado escuchando atento a cada palabra de los directivos, aún cuando tenía una mirada adormilada.
— Mmh - asintió el aludido mientras se dedicaba a sacar su móvil para hacer la llamada - le llamaré.


* tono de llamada * 

— Hijo... ¿dónde éstas?, creí que estabas en la agencia.
— Sí mamá, solo llamo para pedirte un favor.
— Oh claro dime... mm... ajá... pues... no sé hijo, todos quienes conozco están con proyectos, o en descanso.- "a ver chicos ....", el sonido de una firme voz llamó su atención — Espera amor.... - llevó su vista hacia abajo y vió una escena que ocurría en ese instante, una chica dirigía la producción de un dorama que estaba a punto de finalizar sus grabaciones, fue de su agrado lo que estaba presenciando, la forma en la que ella coordinada todo y lo hacía de manera perfecta, era excitante para su vista.— ... hijo, ¿te parece si esperas un momento y te llamo más tarde? - Cuestionó una vez volvió a su llamada, esperando la respuesta del chico, colgando en cuanto obtuvo una respuesta afirmativa.
— Bien chicos es todo por ahora, ¡buen trabajo a todos! - aplaudió mientras les felicitaba y haciendo una reverencia salió del set.
— Señorita... .digo Jefa, hay alguien que quiere hablar con usted. 
— Oh Summire me has sorprendido - hizo un ademan de tocarse en pecho riendo un poco ante el pequeño susto, no esperaba la aparición de la chica - claro ¿en dónde me espera?
— Lo siento - se disculpó la chica reprimiendo una pequeña risa - en su oficina.
— Oh, de acuerdo voy para allá. - Su oficina se encontraba bajando las escaleras, pasando un largo pasillo y doblando en la esquina hacia la derecha. Hizo aquel recorrido como cada día, estaba a punto de dejar aquel lugar al término del drama solo por unos días para tomarse un descanso; tomó el picaporte y empujó la puerta ingresando en la oficina, era una sala pequeña con un escritorio, su sillón, y un par de sofás. En uno de ellos se en encontraba sentada una señora que parecía de mediana edad, a su parecer, era un señora de rostro amable y con suaves facciones. Ann mostró su mejor sonrisa yendo a sentarse justo frente a ella. — disculpe la demora - dijo ella con voz dulce y amable - me han dicho que deseaba hablar conmigo.

— Sí, bueno más que nada quiero pedirle un favor, he visto solo un poco de su trabajo, solo han sido unos pocos minutos pero me ha interesado mucho su manera de trabajar; muy bien entonces quisiera explicarle la situación que se me presenta. - la señora se dispuso a hablar y explicarle la razón de su visita, escuchando Ann atenta a cada palabra de su invitada y después de asentir un par de veces, meditó un par de minutos en cuanto la señora hubo terminado. 
— Entiendo que es una situación urgente… a decir verdad estaba pensando tomarme un descanso, pero me parece interesante la temática del drama y he pensado aceptar su oferta. - Una emocionada sonrisa se dibujó en el rostro de la invitada.
— Entonces ¿le veo mañana por la tarde en la dirección que le di?
— Muy bien, nos vemos mañana - una vez terminada la conversación, se levantaron haciendo ambas una leve reverencia al despedirse.


Ann salió de la oficina directo a su auto para ir a su apartamento y descansar un poco después de un arduo día de trabajo, al día siguiente se preparó para salir e ir directo al edificio acordado.

— Bien, antes que nada señores he de decirles que esta persona estará disponible a partir de mañana por la tarde - hizo una pequeña pausa en donde entrelazaban sus dedos colocando sus manos sobre la gran mesa - a pesar de que la persona me ha dado una respuesta positiva, no fue del todo fácil convencerla, ella misma admitió que lo ha pesando, sin embargo aceptó casi de inmediato, aún cuando había decidido descansar durante las próximas tres semanas, pero está dispuesta a aceptar el trabajo gracias a que le ha interesado lo poco que he podido explicarle. A mi parecer es una persona eficiente y sobresaliente - se encogió de hombros - y no tengo duda que será mucho mejor en cuanto vaya comenzando y avanzado con el trabajo.
— ¡Vaya con tantos halagos ya quiero conocerle! ¿Qué esperamos? hágale pasar. 

Los puestos en las sillas estaban distribuidos de la siguiente manera, de izquierda a derecha, en la silla justo en la cabecera de la mesa el directivo, a su lado otro par de directivos y justo en medio Ohno, quien interpretará al personaje principal del drama; junto a éste más miembros de la directiva. Todos se encontraban hablando en voz alta, ante la curiosidad por la persona apunto de entrar.

— Bien, le haré pasar, disculpa - se dirigió a un chico que estaba justo en la puerta - ¿podrías por favor pedirle a la persona que esta esperando fuera que pase?

El chico asintió y sin demora abrió la puerta saliendo de la sala, buscando con la mirada en la sala de estar, una pequeña chica estaba sentada en la silla más alejada de la habitación. Se le notaba concentrada leyendo un libro que a simple vista parecía grueso y pesado, vestía un conjunto de falda y saco negros, medias de color natural y unos zapatos a tacón color negro, la observó durante un momento pensando en que le parecía una chica sexy pero seria y profesional.
Después de admirarla de pies a cabeza, se aclaro la garganta y se acercó para anunciarle que le esperaban, la chica agradeció poniéndose de pie inmediatamente, abrazó su libro junto con algunos papeles que llevaba para presentarlos en la junta; él le hizo una seña de que lo siguiera entrando antes que ella en la sala de juntas, se hizo silencio inmediato, ella tardó un poco en entrar. A pesar de que llevaba ya tiempo en el ámbito, siempre le ponía nerviosa aquel tipo de reuniones antes de cada trabajo que se le iba asignar, tomo aire y lo soltó lentamente mientras mantenía sus ojos cerrados, se alisó la falda muy a pesar de que iba impecable, la expectativa era tensa, el inconfundible sonido de zapatos a tacón rompió el silencio, la chica entró inmediatamente después del ruido que hicieron sus pasos. Todos excepto Ohno quien estaba distraído con su móvil, se levantaron de sus asientos, no tardó mucho en notar que todos los hombres estaban de pie, alzó la vista y recorrió la sala hasta llegar a la puerta mientras se levantaba también; inmediatamente fijó su mirada en la recién llegada, la admiró de pies a cabeza, no solo una,varias veces mientras ella se dedicaba a mostrar una suave sonrisa y se presentaba ante todos. 
Le saludó desde su lugar siguiéndole con la mirada mientras ella se dirigía al asiento que uno de los directivos le había ofrecido, nunca antes una chica llamaba tanto su atención, al menos no de aquella manera en que no podía, no quería dejar de verla; esa chica recién llegada le inquietaba, le erizaba la piel y sentía como su pulso se aceleraba mientras más la admiraba, una vez ella se hubo acomodado en su asiento abordaron el tema que les interesaba.

— Bien, lo que se me ha comentado es que necesitan de urgencia un productor, aunque tenia planeado descansar un poco, me interesa su propuesta y estoy dispuesta aceptarla.
— Siendo sincero, usted fue la primera persona en quien pensé para el trabajo, pero como yo tenía entendido, usted tenía programado un viaje a Corea del Sur dentro de las próximas semanas.
— ¿Así que le conoces? 
— No tengo el gusto de conocerle más íntimamente, aunque he de decir que he escuchado muchas cosas acerca de usted, en su totalidad son maravillas, para mí en lo personal es un gran honor poder contar con su presencia.





— Oh muchas gracias - sintió un leve rubor teñir sus mejillas, asintiendo después de que se aclarara un poco la garganta - en efecto, estuve pensando en visitar a alguien importante para mí en Corea, sin embargo no es urgente que vaya, puedo posponer el viaje un par de meses más, o el tiempo necesario para terminar mi trabajo con satisfacción.

El directivo principal se puso de pie, emocionado, dio un aplauso y extendió sus brazos cuan largos eran, su mirada estaba llena de euforia. 

— ¡¡Pues que estamos esperando!!... ¡no se diga más! firmemos el contrato y pongamos manos a la obra para no retrasar más las grabaciones - su voz de emoción podía escucharse fuertemente incluso fuera de la sala.
— Claro por mi esta bien, pero... - se detuvo un momento; un dejo de preocupación se dibujó de inmediato en el rostro de los presentes. 
— ¿Pero? - después de haber permanecido en silencio mientras observaba cada movimiento y gesto de la chica, Ohno decidió hablar. 
— Pero - volvió a pausar - Yo tengo mi propio equipo.
— Disculpa ¿podrías explicarte?
— Operadores de video, asistentes de audio, etc., siempre que acepto un proyecto ellos me acompañan - habló con voz firme - Sé perfectamente que en la televisora se me va a proporcionar un equipo de producción, sin embargo, sin mis chicos yo no puedo trabajar, estamos ya compaginados, somos cada uno una pieza de engranaje que mueve a la otra, he allí el por qué nuestro trabajo es impecable. - finalizó cruzándose de brazos.
— ¿De verdad? Pues déjame informarte que estamos buscando solo productor, el equipo ya esta conformado, solo haces falta tú. - Aquellas palabras le sorprendieron incluso a él mismo, Satoshi no solía comportarse de esa manera pero ella le hacía sacar ese lado suyo, de inmediato se encontró pensando en uno de sus amigos que actuaba de la misma manera en que lo estaba haciendo él - No necesitamos "productor y equipo" - continuo mostrando una sonrisa un tanto burlona, aquello molestó a Ann de inmediato.
— Entonces - habló ella, poniéndose lentamente de pie- me parece que no hay nada más que discutir aquí, por lo tanto si me disculpan, tengo un viaje que planear. - su tono era serio, firme, no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer, mucho menos por alguien tan antipático.
— ¿Ahora huyes? Siendo sincero a simple vista no me has parecido tan engreída - aún no entendía por qué se estaba comportando así con aquella chica, pero de alguna manera le sabía bien molestarle. Sintió la mirada de su madre fija en él, ella por su parte parecía saber bien el por qué de su comportamiento hacía la desconocida, le sonreía de manera curiosa mientras jugaba con sus manos, volvió a fijar su atención en la chica, quien ya se encontraba abriendo la puerta para salir, al escucharlo sin dudarlo se dio media vuelta, regresó y se colocó justo frente a él - Pero veo que no tienes poco sentido de responsabilidad y profesionalismo.

— !¿Engreida?!.. mire señor - lo dijo con tono bastante irritado, dando una palmada en la mesa para que él posara su atención en ella, no era necesario, el chico ya estaba mirándola fijamente, directo a sus ojos; aquello le hizo sentir un leve cosquilleo que interpretó como una mala sensación. - le recuerdo que aquí los necesitados son ustedes, yo he venido porque la señora aquí presente muy amablemente me lo pidió, me habló de lo magnífico que sería trabajar con ustedes, de lo bueno que sería para mí carrera, me contagio de su emoción - se apunto a sí misma con el índice derecho - ¡Yo no lo busqué!, ¡no lo necesito!, yo bien podría irme a Corea dentro de pocas semanas según lo había planeado, así que no me diga engreída, poco responsable o que no soy profesional, yo solo quería ayudarles puesto que claramente soy la única disponible y dudo mucho que puedan conseguir a alguien que trabaje al 100% dentro de un par de semanas. - su índice ahora apuntaba a la mesa y daba pequeños golpes sobre esta, terminó de hablar y dirigió una mirada a su alrededor para ver a todos los presentes antes de despedirse con una leve inclinación - señores, - se despidió de la madre de Ohno, y salió de la sala de juntas dando zancadas, con la frente en alto, sin siquiera mirar de nuevo al chico. Todos en la sala quedaron impactados por la firmeza y seguridad con la puso cartas sobre la mesa ante las palabras de Ohno.


Las risas resonaron a coro una vez la chica hubo abandonado la sala de juntas cerrando tras de si la puerta de manera pasiva.
— Pero vaya, que chica tan interesante - comentó la voz a su derecha, riendo - la verdad Ohno debes admitir que es buena y que con buenos argumentos te ganó - seguían riendo a carcajadas mientras hablaban al unísono, Ohno seguía impactado de la fuerza de la mirada de esa chica; "esto va a ser muy interesante", pensaba; una voz lejana llamo su atención con su siguiente comentario.
— He escuchado que le conocen por tener un carácter demasiado frío, firme, muy sería; rara vez hace amistad con quienes trabaja, solo lleva una muy cercana relación con los de su equipo, dicen que es inquebrantable.

Ohno sonrió levemente de lado mientras se pasaba la mano por la barbilla repetidas veces. "De alguna manera, esto me parece aún más interesante", pensó Ohno mientras le decían que iban aceptar la condición de la chica. En realidad no le importaba, aquel arranque fue solo para molestarla, justo como su mejor amigo hacía cuando una chica le interesaba, y siendo sincero con él mismo, estaba dispuesto a jugar ese juego, estaba dispuesto a probar que tan inquebrantable era ella, estaba ansioso por trabajar con ella y sacarle un poco de sus casillas; asintió y sin decir nada además de despedirse de su madre, salió de la sala de juntas.