Fanfic | Midnight Love

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Pareja: Sakumiya.
Personajes: Satoshi Ohno, Matsumoto Jun , Ninomiya Kazunari , Sakurai Sho, Aiba Masaki.
Género: Fluff, Slice of life.
Categoría: PG13.
Extensión: Drabble.
Resumen: En estos horribles momentos de pandemia, Sho comienza a sentir fiebre de un momento a otro, recibiendo una grata sorpresa de uno de sus compañeros de grupo.
Nota: Inspirado por la repentina ausencia de Sho en el noticiero este lunes debido a la fiebre que tenía ese día... a pesar de que me preocupé bastante, no pude evitar venir con esto.
Espero lo disfruten.

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Tan pronto la llamada con Udo-san terminó, dejé el teléfono a mi lado, en el asiento vacío del sofá. Me llevé una mano hasta la frente a modo de auto-reflejo, notando que aún mi temperatura corporal continuaba un tanto elevada. No es que me sintiese mal, de hecho, me encontraba excelente físicamente, sólo con un poco de frío, y estaba seguro que aquello se debía a la fiebre. Últimamente, las cosas se habían complicado debido al virus, creando una situación bastante incómoda para todos; desde hace un tiempo me encontraba (al igual que todos), viviendo en cuarentena, trabajaba desde casa, y mis salidas eran bastante limitadas.

Aquella tarde, antes de dirigirme a NTV, al tomarme la temperatura, noté que estaba ligeramente más alta de lo normal y por mi seguridad y las de los miembros del staff, decidí quedarme en casa, comunicándome con los presentadores del noticiero por vía telefónica para expresar mis más sinceras disculpas con el público televidente. Y aunque estaba seguro de que la gente lo entendería, muy dentro de mí, me sentía triste y decepcionado.

Tan sólo unos minutos después, mi teléfono sonó repetidas veces, aparentemente, había sido bombardeado por múltiples mensajes, que ya sabía de quienes se trataban. Esbozando una ligera sonrisa, sostuve el teléfono para ver las notificaciones de dicho chat en el que se encontraban mis compañeros de grupo.

にの: Sho-chan… recién vi lo del noticiero, ¿estás bien? 😢

Disco Star: ¿Fiebre? ¿Seguro sólo es eso?

MJ: ¿Has tomado algún medicamento?

Leader: Sho-kun… asegúrate de descansar, por favor.

SS: Estoy bien, no tengo otros síntomas aparte de la temperatura, pero he decidido quedarme a descansar para cuidar de mí y del staff. Perdón por preocuparles.

Las respuestas no tardaron en llegar segundos después, mostrando la preocupación de los demás.

MJ: Déjanos saber cualquier eventualidad, ¿sí?

Leader: Sé que vas a estar bien, pero por favor, cuídate.

Disco Star: Si necesitas algo, no dudes en llamarme. 😊

SS: Me he tomado algo para la fiebre, tan pronto mejore, les haré saber. Gracias por preocuparse por mí, chicos.

Me mantuve por unos segundos más mirando al teléfono, esperando por una respuesta en particular, pero con un suspiro, desistí de la idea. Estaba seguro de que Kazunari se había ido a prestarle atención a algo más interesante, es decir, sus videojuegos. Tenía ganas de ver el noticiero, pero de un momento a otro, los párpados empezaron a sentirse pesados y un ligero escalofrío recorría mi espalda. Con lentitud, me fui acomodando en el sofá hasta hacerme un ovillo, repitiéndome una y otra vez que sólo descansaría los ojos por unos segundos.

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Cuando finalmente desperté, noté que el televisor se encontraba apagado, y una cálida manta se encontraba cubriéndome. Despacio, me incorporé, con el entrecejo fruncido debido a la confusión. No recordaba haber apagado el televisor… ¿o tal vez sí?

— Al fin, estás despierto. — Me sobresalté al escuchar aquella suave voz, sintiendo el corazón darme un vuelco al ver la delgada silueta de Kazunari acercarse a mí en las penumbras. Al llegar al sofá, esbozó una sonrisa, dejando una de sus pequeñas y regordetas manos en mi frente en un acto totalmente maternal. — Ya no tienes fiebre… ¿te sientes mejor?

— La verdad, ahora sí. — Respondí en un susurro, sonriendo en cuanto él se sentó sobre mi regazo, rodeando mi cuello con los brazos, aferrándose a mí.— Creí que te irías a jugar Pazudora… además, no puedes estar aquí, ¿y si te contagio algo?

— ¿Y dejarte solo? Imposible. — Sus delicados labios se posaron en una de mis mejillas, haciéndome suspirar. — No me importa nada, salvo estar aquí y cuidar de ti.

Nos miramos a los ojos por unos instantes, y la dulzura en su mirada me hizo sonreír nuevamente, sintiéndome el ser más especial del planeta. Y como si ambos quisiéramos cumplir los deseos del otro, acercamos nuestros rostros hasta permitir que nuestras bocas se acariciasen entre sí, sin prisas, tan sólo disfrutando de la calidez y el sabor de la contraria. Rodeé su estrecha cintura con mis brazos, atrayéndolo hacia mí mientras le besaba con más ímpetu, dejando ver cuánto le había necesitado en los últimos días, y por la forma en que sus manos se colaban en mi cabello, y por cómo sus labios se movían contra los míos, supe que no había sido el único sufriendo por aquella abstinencia. Kazunari se separó de mí para tomar oxígeno, mordiendo su sonrosado labio inferior antes de volver a hablar.

— Se supone que vine a cuidar de ti, Sho-kun.

— Y lo haces… estás dándome lo que más quería. — Respondí sin aliento, robándole un delicado beso sin poder contenerme.

— Anda, déjame ser tu enfermero hoy… he preparado algo de comer, y me encantaría que lo comieras todo antes de irte a la cama. — Dijo en un tono severo, mirándome a los ojos. — Obviamente, me quedo a dormir contigo, no quiero dejarte solo.

Asentí con la cabeza antes de estrecharle en mis brazos con fuerza, esbozando una sonrisa tonta mientras me sentía el hombre más afortunado del planeta, pues no sólo tendría la oportunidad de que me cuidase la persona que más anhelaba ver, sino que también tendría la oportunidad de dormir junto a él.

— Gracias por venir, ángel. Vamos a comer.

Ambos nos pusimos de pie y de la mano, fuimos a la cocina entre sonrisas y miradas dulces, y yo no podía creer lo suertudo que era.

En el fondo de mi corazón desee que aquella noche durase para siempre.